Una larva podría reducir la cantidad de desechos plásticos en la tierra que se acumula en los vertederos.
Más específicamente, el polietileno, uno de los materiales más resistentes y difícil de degradar de forma natural.
Este descubrimiento fue realizado por Federica Bertocchini, investigadora española del Centro Español de Investigación Nacional.
Mientras se deshacía de las larvas de la polilla de cera, llamada Galleria mellonella, una mariposa muy común, notó que las bolsas de plástico que estaba usando estaban salpicadas de miles de pequeños agujeros.
Cada año se producen 80 millones de toneladas de polietileno en todo el mundo y la mayoría de ellas terminan en los océanos.
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